He tenido que hacerlo: dar mi opinión y crítica sobre la nefasta empresa de organización de eventos llamada Bilbao Paso a Paso, liderada por Miren Garbiñe Naverán. Y explico por qué. En este mundillo del espectáculo hay ocasiones en las que uno tropieza de frente con las peores circunstancias, calamidades o, en este caso, con la peor gente para hacer su labor. No muy lejos del habitual mundo laboral de producciones y obras fijas ─que conocemos los músicos y artistas en general─ existe otro paralelo: el de los bolos y eventos, más o menos bien pagados. Da igual que seas músico, monologuista o trapecista, tarde o temprano llamarán a tu puerta. Tal vez haya suerte y sean entornos agradables y merecedores de elogio los que requieren de tu trabajo. Pero más de una vez te darás de bruces con entornos hostiles, de verdadera falta de profesionalidad, escasa calidad humana y dudosa integridad moral que pondrán a prueba tu resistencia personal y profesional.
Lidiar con esto es una de las experiencias más desagradables y a la vez necesarias de la vida laboral de un artista. Puede pasarte con cualquier contrato, no solo en el mundo de la música y el arte, cierto es. Pero de la misma manera que tenemos que hablar de lo maravilloso que pueda ser un cliente, un productor o una compañía, hay que advertir que no todo son caminos de rosas y que la mala gente campa a sus anchas. Y es cuestión de tiempo que acabes cruzando tu camino con el suyo.